MEDIA ADVISORY
US and Canada Delegation to Honduras Launches Campaign to Indict the United States and Canada as Co-Conspirators in the Narco-Trafficking Trial of Juan Orlando Hernández.
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Contact:
Karen Spring, Honduras Solidarity Network (Honduras): 504-8785-5757
Victoria Cervantes, Honduras Solidarity Network (US): 312-259-5042
Judy Ancel, Cross Border Network: 816-835-4745
Members of a ten-day US/Canada delegation hosted by the Cross Border Network of Kansas City and the Honduras Solidarity Network of North America have investigated how their two nations prioritize protecting the political, economic, and military interests of their governments and corporations over the rights and interests of the Honduran people. The delegation visited communities affected by mining and land grabbing, met with labor movement activists, and spoke with US, Canadian and Honduran officials and found that the continuing poverty, inequality, and dispossession of the Honduran people result from the crimes of the narco-dictatorship that ruled Honduras since the U.S. and Canadian-supported coup in June 2009. Since then both the U.S. and Canada have covered up and lied about their “democratic” ally Juan Orlando Hernandez who they knew was trafficking drugs for years.
Since the restoration of democracy with the election of Xiomara Castro as Honduras’s first woman president, both countries continue to interfere in the attempts of the Castro government to undo the damage done by the narco-dictatorship or to pass reforms that help to ameliorate the spirit-killing poverty of the majority of the population. Instead, they exacerbate problems. The delegation found that extractive industries like mining in Guapinol, the loss of sovereignty as in the CAFTA-imposed ISDS tribunal on the $10.7 billion ZEDE Próspera suit against Honduras, the dispossession of campesinos in the Aguan Valley and Garifuna communities along the north coast, and Canada’s praise for textile company Gildan which has closed a factory, violating injured workers’ rights all benefit multinational corporations while failing to solve the deep issues of inequality in Honduras. These companies benefitted economically from the coup and continued doing business to their own profit and benefit under the narco-state.
The U.S. is now seizing the opportunity of the trial of Juan Orlando Hernández and his cronies, including the former head of the national police and a family member of Hernandez to whitewash their own complicity in the narco-dictatorship from 2009 to 2022. It is obvious that those being tried could never have committed the dreadful crimes they are accused of without being enabled by the U.S. and Canada in exchange for favorable treatment for the U.S. military, its drug war and for North American corporations.
For all these reasons, the Honduras Solidarity Network and its members are launching a campaign and will present evidence of the complicity of the two nations during the trial. The campaign will take place before, during and after JOH’s trial in New York that begins on February 5.
The campaign demands:
- The declassification of documents pertaining to U.S. and Canadian involvement in the 2009 Honduran coup and subsequent administrations of Porfirio Lobo and Juan Orlando Hernández (JOH). This includes detailed information about DEA operations in Honduras and the full extent of U.S. and Canadian support, training and funding for the Honduran military and police forces.
- Congressional and Parliamentary investigations or inquiries of U.S. and Canadian support for the 2009 coup and post-coup governments including human rights violations committed by Honduran state forces and whether U.S. and Canadian officials acted negligently and/or lied to cover-up electoral fraud, violence, and other abuses during and following the coup.
- Reparations for the Indigenous victims of the DEA-led Ahuas massacre in consultation with the victims and their representatives.
- An immediate end to U.S. opposition to progressive reforms that address the root causes of migrations that roll-back the post-coup policies in Honduras.
- Drop support for ISDS clauses in trade agreements with Honduras that allow U.S. and foreign companies to sue the Honduran state. This includes claims that arise from odious investments made by U.S. companies under the JOH dictatorship.
Tegucigalpa, MDC, Honduras.
AVISO A LOS MEDIOS: Delegación estadounidense y canadiense en Honduras lanza campaña para acusar a los dos países como co-conspiradores en el juicio por narcotráfico contra Juan Orlando Hernández.
Los miembros de una delegación de diez días de Estados Unidos y Canadá organizada por la Red Transfronteriza [Cross Border Network] de Kansas City y la Red de Solidaridad con Honduras de Norteamérica [Honduras Solidarity Network, HSN] han investigado cómo sus dos naciones priorizan la protección de los intereses políticos, económicos y militares de sus gobiernos y corporaciones por encima de los derechos e intereses del pueblo hondureño. La delegación visitó comunidades afectadas por la minería y el despojo de tierras, se reunió con activistas del movimiento obrero y se entrevistó con funcionarios estadounidenses, canadienses y hondureños, y constató que la pobreza, la desigualdad y el despojo continuos son el resultado de los crímenes de la narcodictadura que gobernó Honduras desde el golpe de Estado apoyado por Estados Unidos y Canadá en junio de 2009. Desde entonces, tanto Estados Unidos como Canadá han encubierto y mentido sobre su aliado “democrático” Juan Orlando Hernández, de quien sabían que traficaba con drogas desde hace años.
Desde la restauración de la democracia con la elección de Xiomara Castro como primera mujer presidenta de Honduras, ambos países siguen interfiriendo en los intentos del gobierno de Castro de deshacer el daño causado por la narcodictadura y de aprobar reformas que ayuden a mejorar la pobreza que mata el espíritu de la mayoría de la población. En lugar de ello, agravan los problemas. La delegación constató que las industrias extractivas como la minería en Guapinol, la pérdida de soberanía como en el caso del tribunal ISDS impuesto por el CAFTA sobre la demanda de 10.700 mil millones de dólares de ZEDE Próspera contra Honduras, el despojo de campesinos en el Valle del Aguán y las comunidades Garifuna en la costa norte, y los elogios de Canadá a la empresa textil Gildan, la cual ha cerrado una fábrica, violando los derechos de los trabajadores perjudicados. Todas esas acciones benefician económicamente a las corporaciones multinacionales quienes recibieron muchos beneficios por operar y hacer negocios con un narco-estado y no ayudaron a resolver los profundos problemas de desigualdad en Honduras.
Estados Unidos aprovecha ahora la oportunidad del juicio de Juan Orlando Hernández y sus cómplices, entre ellos el ex jefe de la policía nacional y un familiar de Hernández para maquillar su propia complicidad en la narco dictadura de 2009 a 2022. Es obvio que aquellos que están siendo juzgados nunca podrían haber cometido los terribles crímenes de los que se les acusa sin haber sido habilitados por los EE.UU. y Canadá a cambio de un trato favorable para el ejército de EE.UU., su supuesta guerra contra las drogas y para las corporaciones norteamericanas.
Por todas estas razones nosotros de la Red de Solidaridad con Honduras y sus miembros estamos lanzando una campaña y presentaremos pruebas de la complicidad de las dos naciones durante el juicio. Esto pasara antes, durante, y después del juicio de JOH en Nueva York, que comienza el 5 de febrero.
Exigimos:
- La desclasificación de los documentos relativos a la participación de Estados Unidos y Canadá en el golpe de Estado de 2009 en Honduras y los posteriores gobiernos de Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández (JOH). Esto incluye información detallada sobre las operaciones de la DEA en Honduras y el alcance total del apoyo, entrenamiento y financiación de Estados Unidos y Canadá a las fuerzas militares y policiales hondureñas.
- Investigaciones o indagaciones en el Congreso y el Parlamento sobre el apoyo estadounidense y canadiense al golpe de Estado de 2009 y a los gobiernos posteriores al golpe, incluidas las violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas estatales hondureñas.
- Reparaciones para las víctimas indígenas de la masacre de Ahuas dirigida por la DEA en consulta con las víctimas y sus representantes.
- El fin inmediato de la oposición de Estados Unidos a las reformas progresistas que abordan las causas profundas de las migraciones que revierten las políticas posteriores al golpe en Honduras.
- Dejar de apoyar las cláusulas ISDS en los tratados de libre comercio con Honduras que permiten a las empresas estadounidenses y extranjeras demandar al Estado hondureño. Esto incluye demandas derivadas de inversiones odiosas realizadas por empresas estadounidenses bajo la dictadura de JOH.
Tegucigalpa, MDC, Honduras.